jueves, 3 de noviembre de 2011

PARA JUGAR CON NUESTROS HIJOS

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Límites, ¿cuándo y cómo?

Los primeros años de vida de una persona, sus tempranas experiencias, su fragilidad y receptividad al mundo que lo rodea son pilares fundamentales.-
Es aquí donde empiezan los primeros aprendizajes de límites en los niños para poder dominar sus impulsos.
Es saludable que el niño pueda conocer cuales son sus límites, cuales los de los demás, para poder tener un buen relacionamiento interpersonal tanto con pares como con mayores.
No es lo mismo rezongar que poner límites
Ahora bien, entendemos que el límite que nosotros ponemos a nuestros hijos es un lugar intermedio entre el “dejar hacer” y la “represión”, por lo tanto tiene un carácter dual, es decir por una lado prohibe y por el otro lado habilita, permite.

Recordemos que en los primeros tiempos de vida el bebé demanda todo el tiempo, y nos lo hace saber a traves de su llanto (demanda ya que siente hambre, experimenta dolores u otras sensaciones, es decir necesidades)
A medida que se produce su crecimiento, va madurando y desarrollandose, pero de todas maneras continuará demandando todo el tiempo, y esa es una conducta totalmente normal que ellos nos mostrarán, solo que no es posible desde nuestro lugar satisfacer todas esas demandas, y tampoco es sano para el niño.
Al decir del padre del psicoanálisis Sigmund Freud, en el desarrollo del niño, entre el año y medio y los tres años de vida, encontramos la “etapa anal” donde justamente aparece claramente el tema de los límites.
Allí el niño necesita que se establezcan los límites, asi como también él los pone, hay una necesidad de control del otro, es la etapa de los “no” de los niños..-

Establecer un límite es una cuestión de autoridad, pero no de autoritarismo, no se trata de una descarga de gritos e insultos, sino que los límites funcionan como un marco de confianza, de contención y de seguridad para el niño.
Cuando le decimos a nuestro hijo “no” es porque todas sus demandas no son pasibles de satisfacción inmediata.
Las rutinas llevan implícitos límites
Es necesario el no y un tiempo de espera que se contrapone a la inmediatez.
Es muy importante también que en el tema de la instauración de ciertos límites estos lo sean desde una postura compartida y coherente de los adultos.
Si un “no” de la mamá se transforma más tarde en un “si” del papá por la insistencia del niño, se estará recibiendo por parte de el un doble discurso que lo conducirá indefectiblemente a una confusón.
La instauración de un limite primero los enojará, y luego los tranquilizará.-
El hecho de irse a dormir en su cama a una hora determinada, lavarse los dientes, bañarse, ir a la escuela, alimentarse sanamente, son conductas que se van construyendo como rutinas, es bueno respetarlas y llevan implícitos los límites.
Los límites constituyen un acto de amor
Solo que en algunos casos pueden ser negociables por ejemplo quedarse hasta tarde jugando un juego de computadora cuando al otro dia no hay clase.- Como una excepción y mencionándolo se puede realizar, sin que esto conlleve una desorganización permanente.-
Dejarlo acercarse a una sarten de aceite caliente no, eso siempre será indiscutido e innegociable.
Es saludable ser firmes, pero no poniéndoles castigos físicos o psicológicos, de esta manera los estaremos degradando, no mostrándoles un aprendizaje.
Debemos respetar su enojo no acosarlos, sosteniendo en todo momento nuestra postura y no emitiendo dobles discursos.
De esta manera aprenderán nuestros hijos a socializarse, a formarse como personas autónomas, con reglas que les permitirán insertarse en la sociedad y a su vez socializarse con los demás, respetar y ser respetados.

Los límites son absolutamente necesarios, los pide el niño, y se constituyen en un acto de amor.-



Lic. Sandra Jegerlehner
Psicóloga
e-mail: pssandra@adinet.com.uy
Autor: Lic. Sandra Jegerlehner